Después de la multitudinaria concentración celebrada en Venta de Baños (Palencia) para rechazar el cierre de la planta de Galletas Siro y pedir ayuda a las administraciones, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, ha reconocido en Palencia que la situación es «muy crítica».
En su opinión, apenas queda tiempo para encontrar una salida que permita mantener la actividad y el empleo en las cuatro plantas del grupo en Castilla y León, dos en Venta de Baños y una en Aguilar de Campoo (Palencia) y otra en Toro (Zamora).
Barcones ha recordado «la implicación» del Gobierno central, del que ha dicho que lleva meses trabajando «de manera activa y proactiva» en la búsqueda de inversores y de una solución financiera, en un escenario muy complejo y con muchas partes implicadas (empresa, inversores, trabajadores, clientes).
Aunque por “prudencia» no ha querido aclarar si se está trabajando en la búsqueda de un nuevo inversor o la idea es hacer recapacitar al fondo norteamericano Davidson Kempner y el turco Afendis que estaban a punto de cerrar el acuerdo con Cerealto Siro para inyectar capital.

Una galleta. Foto: Cedida por Grupo Siro
La delegada del Gobierno además ha afeado «la actitud de la Junta de Castilla y León» en esta crisis al ponerse de perfil y convocar a última hora «reuniones parciales sólo con determinada gente».
Con estas palabras se refiere a los dos encuentros que mantendrá el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, este miércoles con los presidentes de los comités y los alcaldes de las localidades donde se ubican las plantas de Siro, por separado y sin representación de la empresa ni de otras administraciones.
Nuevos actores
En Burgos, el consejero de Economía y Empleo, Carlos Fernández Carriedo, ha asegurado que la Junta está dispuesta a convocar a la Fundación Anclaje, que integra la Junta de Castilla y León, la patronal CEOE y los sindicatos UGT y CCOO, para intervenir en la crisis abierta en Siro.
Precisamente la falta de acuerdo sobre el plan de competitividad que proponía la empresa y que rechazaron tres de las cuatro plantas españolas -solo los trabajadores de Aguilar de Campoo votaron a favor- ha sido lo que, según la multinacional, ha paralizado en el último momento el acuerdo con el grupo inversor para entrar en su accionariado e inyectar capital al grupo que acumula una deuda cercana los 300 millones.
Mientras tanto, los trabajadores han acudido este lunes a sus puestos de trabajo con una actividad «bajo mínimos», para dar salida al stock de producto terminado, fabricar con la materia prima que está almacenada y asistir a «una situación penosa» que están viviendo con «gran preocupación», como ha explicado a EFE Alfredo Alonso, presidente del Comité de Empresa de Galletas Siro.
«Tenemos los días contados como empresa si alguien no interviene», ha afirmado Alonso.
Los representantes de los trabajadores se concentrarán este miércoles ante las Cortes de Castilla y León antes de la reunión que tienen prevista con el presidente de la Junta.