El principal sector industrial español registró un 2019 especialmente positivo en contraste con el año anterior, cuando su producción apenas mejoró (+0,1 %) y sus ventas al exterior se contrajeron ligeramente (-0,4 %).
Sin embargo, la pandemia ha trastocado las halagüeñas previsiones de la industria de cara a este 2020, ya que la caída de la hostelería y del turismo afecta tanto al consumo interno como a las exportaciones, donde también generan distorsiones los aranceles de Estados Unidos y los flecos pendientes del brexit.
Las consecuencias de la crisis sanitaria provocarán un descenso de entre el 4 y el 8 % de su producción y que las ventas al extranjero retrocedan entre un 6 y un 11 %, de acuerdo con las estimaciones de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), que ha difundido este miércoles su informe anual económico correspondiente a 2019.
En materia laboral, sus cálculos apuntan a una destrucción de entre 4.000 y 11.000 puestos de trabajo (el sector ocupaba en 2019 a cerca de 520.000 personas), cifra que se elevaría hasta los 23.000 empleos al sumar indirectos e inducidos; también echarán el cierre cerca de 800 empresas.
Piden no subir impuestos
«Este año tendremos un gran impacto en empleo, producción y exportaciones, y esperamos empezar a recuperarnos el año que viene. Confiamos que en 2022 volvamos a cifras similares a las de 2019«, ha apuntado el director general de la patronal, Mauricio García de Quevedo.

El director general de FIAB, Mauricio García de Quevedo. Efeagro/FIAB
En este contexto, el responsable de FIAB ha reclamado al Gobierno que evite aprobar nuevos impuestos al consumo de algunos productos o cualquier otra tasa que perjudique la renta de los hogares.
Durante la presentación del informe, realizada desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, también ha instado al Ejecutivo a ayudar a que las empresas puedan tener liquidez y no tengan problemas de solvencia, además de flexibilizar el mercado laboral.
En el acto ha participado el secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, quien ha destacado el peso del sector en la economía española y su «resiliencia», a lo que suma que es una industria «que no se deslocaliza, que permanece en el territorio» y que resulta clave para fijar población en el medio rural.
Mejoran los extracomunitarios
El informe sobre 2019 explica los detalles del crecimiento de las exportaciones de los fabricantes de alimentos y bebidas, basado fundamentalmente en una mayor diversificación de estas ventas, ya que una tercera parte del total corresponde a países no comunitarios.
De hecho, China, Estados Unidos y Japón ya se sitúan por encima de los mil millones de euros.
Por destinos, los principales mercados de las exportaciones alimentarias españolas fueron Francia (14,7 % del total), Italia (11,3 %) y Portugal (10,9 %), y en los tres casos su peso en proporción baja respecto al año anterior.

Contenedores con alimentos. Efeagro/Franck Robichon
La balanza comercial -la diferencia entre los ingresos generados por las exportaciones y el gasto de las importaciones- de la industria alimentaria presenta un superávit de 9.600 millones de euros, muy por encima de los 8.000 millones del ejercicio anterior.
Más exportadores y con más inversión en I+D
De las más de 30.700 empresas -en su inmensa mayoría pymes- que forman parte de este sector, más de la mitad (54 %) ya vende parte de su producción al exterior.
El informe difundido hoy apunta también que el 36,6 % del empleo en la industria alimentaria es femenino (en torno a 190.000 mujeres) y que el salario medio fue de 33.834 euros al año, con una remuneración por hora de 18,1 euros, 2 euros por debajo del conjunto de la economía.
Además, la inversión del sector en innovación subió un 1,1 % y la cifra de empresas que apuestan por la I+D mejoró un 9 % respecto a 2018, hasta sumar 786 compañías.