En el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que Naciones Unidas dedica este año a los “alimentos, forrajes y fibras”, el director de AEFA, Luis Machín, destaca en declaraciones a Efeagro que los forrajes son “muy importantes” en materia medioambiental.
“Ayudan mucho desde el punto de vista de la biodiversidad porque muchos tipos de aves anidan en la alfalfa y también son importantes para la conservación de las abejas“, señala Machín.
Además, la alfalfa, aunque es un producto mayoritariamente de regadío, absorbe agua para su crecimiento y la devuelve “más limpia” de como la recogió en los acuíferos naturales, asegura.

Producción de alfalfa. Efeagro/AEFA
El comienzo de la campaña de forrajes este año está siendo complicado, según Machín, que explica que la gran cantidad de lluvias que han caído restan calidad al producto, a lo que se suman los problemas logísticos que han tenido que afrontar los fabricantes para exportar por la covid-19.
En la anterior campaña de 2019-2020, las exportaciones de forrajes deshidratados sumaron alrededor de un millón de toneladas, lo que representa el 75 % de la producción nacional.
Los principales destinos fueron Emiratos Árabes Unidos, con 488.865 toneladas, y China, con 250.899 toneladas, seguidos de Francia, Jordania y el Líbano.
En cuanto a los retos ambientales como el cambio climático, Machín apunta que las condiciones climatológicas extremas suelen “siempre llevar situaciones límite al campo” y las cosechas pueden verse dañadas por periodos muy largos de sequía.