El artículo -titulado “La evolución continua de las toxinas Bacillus thuringiensis supera la resistencia de los insectos”– utiliza la tecnología PACE, inventada en Harvard para crear y desarrollar proteínas optimizadas, y refleja el estudio de los investigadores de Monsanto y la Universidad de Harvard.
Según ha indicado la compañía en un comunicado, la importancia de esta investigación es que ser capaces de descubrir proteínas mejoradas y optimizadas puede permitir avanzar en cómo mejorar los cultivos, sea con beneficios en la propia planta o para combatir plagas o patógenos (al aportar características agronómicas cmoo el control de insectos o la tolerancia a los herbicidas).

Cultivo de soja. EFEAGRO/Cedida por Monsanto.
Ambas entidades comenzaron su colaboración con la tecnología PACE en 2013, y según Isaac T. Kohlberg, rector asociado senior y director de Desarrollo de Tecnología de la Universidad de Harvard, dicha colaboración “es sólo un ejemplo de cómo los investigadores en el mundo académico y la industria pueden poner en común sus conocimientos para lograr avances científicos en áreas de interés mutuo y acelerar el desarrollo de tecnologías impactantes.”
La empresa, por su parte, ha resaltado en el comunicado que la colaboración es, además de un esfuerzo que permite impulsar avances científicos, un elemento fundamental para ayudar a los agricultores afrontar desafíos como los causados por el cambio climático a través de soluciones sostenibles para aumentar los rendimientos y mejorar las cosechas.