Representantes de España y de Chile han abogado -en un encuentro virtual centrado en el sector agroalimentario, la cadena logística y la distribución-, por profundizar en las relaciones bilaterales y aprovechar factores complementarios como el clima, que favorece que sus productos puedan venderse en distintas estaciones y que hace que sus modelos productivos sean compatibles.

La asociación es estratégica también como "plataforma" para acceder a los respectivos continentes, de forma que España puede ser una puerta para la entrada de productos chilenos a Europa y, a su vez, Chile puede facilitar el acceso de las exportaciones españolas a otras naciones de América e incluso acceder a destinos del Pacífico, como China o Vietnam.

La cita ha sido clausurada por la ministra española de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, y por el titular chileno de Agricultura, Antonio Walker, quienes han avalado ese fortalecimiento de las relaciones.

Chile, "el único país de clima mediterráneo en el hemisferio sur", ve en España "un país hermano", ha afirmado Walker.

La balanza agroalimentaria entre ambos se inclina a favor de Chile, ya que exporta a España productos por valor de 177 millones de dólares (151,2 millones de euros), mientras que las importaciones españolas a ese destino se sitúan en 126 millones de dólares (107 millones de euros), según el ministro.

El vicepresidente de la patronal española CEOE y presidente a su vez de la Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas (Cepyme), Gerardo Cueva, ha defendido una apuesta "público-privada" para generar nuevas oportunidades de "inversión e interconexión".

El director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), Mauricio García de Quevedo, ha subrayado el valor de la relación con Chile, un país con "buenos socios" con el que no ha habido nunca conflicto, lo que en estos momentos abre oportunidades.

Especialmente, ha añadido, frente a las amenazas que afronta el sector agroalimentario español: Brexit, aranceles de EEUU y la caída de la demanda por la covid-19.

La industria alimentaria española factura 116.000 millones de euros, genera medio millón de empleos directos y 2 millones de puestos de trabajo inducidos, según FIAB.

Además, España cuenta con un millón de agricultores, frente a los 300.000 de Chile, de acuerdo con los datos difundidos durante el encuentro.

El presidente de la organización agraria Asaja, Pedro Barato, ha abogado por buscar sinergias con Chile para facilitar el acceso de los productos españoles a países del Pacífico y llegar al continente asiático (China o Vietnam).

Barato ha reivindicado reglas del juego parecidas en los mercados y que el sistema garantice la rentabilidad del agricultor o ganadero español.

Ejemplos de éxito en España y Chile

El encuentro ha incluido ejemplos empresariales como los de la bodega española Miguel Torres y la hortofrutícola chilena Hortifrut, especializada en bayas (berries).

Miguel Torres, director general de la empresa del mismo nombre, ha relatado cómo la firma llegó en 1978 a Chile, "paraíso para la viticultura", por la menor incidencia de plagas y los lazos culturales existentes, a lo que ha sumado "la seguridad que todos sus Gobiernos han dado a las empresas".

Por su parte, el gerente general de Hortifrut, Juan Ignacio Allende, ha detallado la plataforma que ha puesto en marcha en Madrid como "colchón en Europa", y donde ha instalado campos de cultivo y varias sociedades con el fin de abastecer el mercado de arándanos y otras bayas en invierno, cuando aún no se venden las españolas.