La directora general de Recursos Pesqueros del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel Artime, ha participado en una reunión del Grupo de alto nivel de Aguas Noroccidentales, que se ha celebrado en Dublín, para abordar dichas obligaciones.
El Ministerio ha detallado, en un comunicado, que los trabajos continúan para que los países “presenten sus recomendaciones conjuntas con las exenciones, flexibilidades y mejoras selectivas que se consideren necesarias” para amortiguar el impacto de las nuevas reglas en la flota.
La regulación sobre el descarte se extenderá en 2019 a todos los caladeros
La regulación de la UE del descarte (capturas no deseadas de peces que después, muertos, son arrojados al mar) obliga a los buques a desembarcar todas sus presas en el puerto, y empezaron a aplicarse en 2015; en 2019 se extenderán a todos los caladeros.

Imagen del puerto de Sant Carles de la Ràpita. EFE/Archivo
El sector teme lo que pueda ocurrir con las “especies de estrangulamiento“, concepto que define pesquerías para las que un barco no tiene cuota, pero que caen en sus redes junto con las capturas del pescado principal al que el buque se dedica; por ejemplo, para los merluceros, sería el bacalao.
Los pescadores han advertido de que si se agota el cupo de tales especies cabe el riesgo de que un buque tenga que quedar amarrado, pese a disponer aún de cuota de la pesquería principal.
En el sector, las obligaciones que se avecinan han sido bautizadas como el desencadenante de la “tormenta perfecta”, entre otras razones porque coincidirá con el ‘brexit’ y con otras imposiciones de la Política Pesquera Común (PPC).