El acuerdo, suscrito por europeos y mauritanos en el verano de 2012, ofrece licencias para parte de la flota, como los marisqueros, pero excluye a los barcos cefalopoderos (pulpo). El Gobierno y Galicia han mostrado su oposición al protocolo durante toda su tramitación.
Esta semana, Galicia y Andalucía han expresado sus discrepancias sobre la ratificación por parte de la Eurocámara.
Galicia pidió que los eurodiputados rechazaran el pacto con Mauritania, mientras que Andalucía ha solicitado el apoyo de los eurodiputados a ese convenio.
El convenio con Mauritania, suscrito en 2012, estableció condiciones restrictivas para la flota española, tales como la exclusión de los cefalopoderos -lo que afecta a Galicia y Canarias- y limitaciones a los marisqueros, lo que perjudicó a los andaluces, que se retiraron de allí. Pero en septiembre hubo una reunión entre la UE y Mauritania, en Nuakchot, en la que se consiguieron avances para una parte de la flota, como la marisquera, mientras que la situación de los cefalopoderos se mantuvo.