La climatología no ha dado un respiro en el Ebro, lo que retrasa el arreglo de las infraestructuras dañadas y hace complicado planificar las siembras de los inminentes cultivos de primavera.
«En el sector agrario, ganadero y agroindustrial estamos con rabia contenida y sensación de impotencia porque todo esto tenía que haber sido evitado, y es muy difícil contrarrestar el sentir físico, anímico y sobre todo económico ante las pérdidas que tendrán todos los productores» aragoneses, explicaba el viernes a Efeagro el presidente de Asaja-Huesca, José Fernando Luna.
El secretario general de UAGA-COAG Aragón, Jose Manuel Penella, afirmó ese mismo día que sólo en Aragón había 2.000 explotaciones afectadas y se han perdido las cosechas en unas 20.000 hectáreas, con la alfalfa, cereal de invierno y frutas y hortalizas como cultivos damnificados.
El secretario general de UPA Aragón, José Manuel Roche, detalló el viernes que 45.000 hectáreas entre Rioja, Navarra y Aragón se habían vuelto a inundar de nuevo ahora por el Ebro, lo que agrava la situación de los fincas que ya estaban casi «destruidas» por crecidas anteriores. EFEAGRO
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