Canarias y sus plátanos, Calanda y sus melocotones, el Valle del Jerte y sus cerezas… Proponemos un recorrido por la España a través de algunas de frutas, esas que han conseguido poner en el mapa las tierras donde se producen.
Plátano de Canarias
Empezamos este recorrido en le extremo más al sur de España, en las Islas Canarias. LaIGP del Plátano de Canarias apunta en su web que se trata de un producto único, del que viven 8.224 productores independientes que desarrollan el cultivo en 9.100 hectáreas en seis de las islas del archipiélago. El clima subtropical permite un proceso de maduración de hasta seis meses.
Su historia se remonta a comienzos del siglo XV, cuando llegaron las primeras plataneras a estas islas procedentes del sudeste asiático. Según la IGP, en estos momentos se producen unos 375 millones de plátanos por campaña.
Y es un motivo más de visitar las “Islas Afortunadas”, pues como no podía ser de otra manera, hay producciones como la que se encuentra en “Finca Las Margaritas” (Tenerife) que realiza tours guiados para acercar al consumidor este alimento.
Melocotón de Calanda (Teruel)
Está considerado “el mejor melocotón del mundo” y, según el Consejo Regulador de la Denominación Origen, ”ha alcanzado su prestigio en el mercado además de por su gran tamaño, por su excelente sabor y dulzura”.
Una de sus características diferenciadas es el dominio de una gama cromática en la que dominan el amarillo crema y el amarillo pajizo. Para los amantes de los datos, en 2013 se embolsaron 250 millones de melocotones en una superficie de cultivo de 4.654 kilómetros cuadrados de cultivo, en 45 municipios agricultores y con 14 empresas certificadas.
Desde esta web lanzan una advertencia: La época de comercialización del auténtico D.O. de Calanda comprende desde mediados de septiembre hasta finales de octubre, y “antes de esa fecha hay que desconfiar”. Así que aún estás a tiempo de encontrarlos en tu tienda de alimentación, fíjate muy bien en la etiqueta.
Fresas de Aranjuez (Madrid)
La Asociación de Productores de la Huerta de Aranjuez están muy orgullosos de sus productos, entre ellos, la fresa. Es un producto delicado, con siglos de tradición, pues su cultivo fue potenciado por la Casa de Borbón, y se tiene constancia desde el siglo XVI. Se recolecta desde abril-mayo hasta primeros de junio.

Fresas de Aranjuez. Foto: Comunidad de Madrid.
El atractivo de este fruto ha llevado a la creación de propuestas turísticas como “El tren de la fresa” que ha dispuesto Renfe con la idea de rememorar el recorrido del que fuera el primer ferrocarril de la Comunidad de Madrid y el segundo de la Península. El paquete incluye viaje de ida y vuelta, degustación de fresón en el trayecto, visita al Palacio Real de Aranjuez e itinerario por el casco histórico de este municipio.
Uvas embolsada de Vinalopó
El Valle del Vinalopó, entre el mar y la sierra de la provincia de Alicante, es la zona de la particular producción de la uva embolsada de Vinalopó. Reconocida por la Unión Europea como Denominación de Origen, estas uvas viajan desde este valle a muchas mesas españoles para acompañar a las doce campanadas, pues su recogida se realiza en los meses finales del año.
La historia de sus “bolsas” se remonta a comienzos del siglo XX, cuando una plaga asolaba las cepas alicantinas y un vecino decidió tapar y proteger con papel cada racimo. El resultado fue que, además de evitar la contaminación, el procedimiento protegió la fruta de los rigores climatológico y le otorga desde entonces “unas características únicas”.
Cereza del Jerte (Cáceres)
Desde 1996, la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte certifica la calidad superior de las cerezas y picotas del cacereño Valle del Jerte, un sello de calidad que debe acompañar a las cajas.
Y es que solo cuando el fruto tiene la madurez óptima para cada variedad, se realiza la recolección manual en cestas, se clasifican a pie de árbol, se seleccionan una a una de acuerdo a un riguroso control de calidad y llegan a las tiendas “un día después” de haber estado en el árbol.
Salmorejo de cereza. TURISMO DE EXTREMADURA.
Esta comarca extremeña ha sabido rentabilizar turísticamente este recurso, con productos como la “Otoñada 2015″, que comenzará el próximo 4 de noviembre. Merece la pena destacar la “Fiesta de la cereza en flor”, que cada año congrega a cientos de miles de visitantes durante las primeras semanas de marzo.
Pasas de Málaga
La DO Pasas de Málaga recuerda que esta marca de calidad ampara las uvas pasas obtenidas mediante el secado al sol de frutos maduros de la variedad Moscatel de Málaga o Moscatel de Alejandría, cosechada y secada en la comarca de la Axarquía o en la subzona de Manilva.
Su relevancia y proceso artesanal es tan interesante que ya se han hecho propuestas para que la elaboración de la uva pasa se incluya en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz y en alguna de las listas del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Según los datos de 2014, los productores amparados en la DO comercializaron el pasado año entre 150.000 y 160.000 kilos, de los que el 90 % corresponderán a la presente campaña navideña
Chirimoya de la Costa Tropical de Granada-Málaga
La zona de producción, acondicionamiento y envasado de las chirimoyas amparadas por la Denominación de Origen “Chirimoya de la Costa Tropical de Granada-Málaga” se sitúa a orillas del Mediterráneo, al sur de las provincia de Granada y Málaga. Rodeada de cornisas, con un clima muy especial: temperaturas suaves todo el año, especialmente en invierno.
En la actualidad, se cultivan en Andalucía unas 3.000 hectáreas de chirimoyas con una producción en torno a las 40.000 toneladas y un valor económico que asciende hasta los 48 millones de euros.

Chirimoya de la DOP Costa Tropical Granada-Málaga. Foto: Angélica Quintana.
Entre el 85 y el 90 % de la producción se comercializa en el mercado español y sólo un 10 o 15 % se exporta, principalmente a países como Portugal, Reino Unido, Francia y Alemania. Ya en 2009, una empresa de Motril creó una ruta turística relacionada con la chirimoya para visitar desde una plantación hasta el envasado del fruto antes de ser exportado.
Pera de Lleida
Las estimaciones del Consejo Regulador de la Pera de Lleida, que se creó en 2011, hablan de más de 160.000 toneladas de esta fruta en esta campaña. Insisten en que este fruto es más redondeado y dulce, gracias al gran estrés térmico e hídrico al que está sometido, con un color verde cálido por la orografía de sus tierras y la proximidad al litoral mediterráneo.
Son casi 500 productores los que cultivan perales en 1.032 hectáreas en la zona de riego de Lleida, donde su proliferación ya se vio favorecida por la cultura romana, tal y como señala el Departamento de Agricultura catalán. La vinculación de Lleida con la producción de peras y la importancia económica de esta actividad ha originado el desarrollo de campañas de promoción turística, económica y comercial de la provincia.