Bebidas alcohólicas, ibéricos y conservas son los alimentos más sustraídos en los comercios, según un informe elaborado por la asociación de fabricantes y distribuidores AECOC en colaboración con la consultora EY.
El comercio perdió el año pasado unos 1.800 millones de euros por hurtos, tanto de clientes como de empleados, y errores de gestión, el 2,3 % más que en 2016.

Imagen de un supermercado. Foto: EFE
Esta “pérdida desconocida”, como se denomina en el sector a las mercancías que desaparecen sin que se sepa la causa exacta, representó el 0,82 % de las ventas totales del comercio minorista , frente al 0,84 % de 2015. Aunque el porcentaje de la pérdida desconocida sobre ventas bajó, el montante total de los hurtos y errores creció porque la facturación del sector repuntó el 3,7 %, según el estudio dado a conocer en el marco del XX Congreso AECOC de Prevención de la Pérdida y basado en datos de empresas que suman una cuota de mercado de más del 20 %.
Los supermercados, a la cabeza de los más “hurtados”
El mayor índice de pérdida desconocida los sufrieron supermercados (0,85 %), seguidos de tiendas especializadas (0,72 %), hipermercados (0,63 %) y almacenes mayoristas (0,62 %). Por tipos de producto, en alimentación, los más hurtados fueron bebidas alcohólicas, ibéricos y conservas; en tanto que en cosmética, los artículos más sustraídos fueron cremas, maquillaje, perfumes y maquinillas de afeitar.
En textil, el mayor índice de hurtos correspondió a prendas de vestir catalogadas como textil general (camisetas, camisas, pantalones y jerseys) y complementos y accesorios. Material electrónico e iluminación y pilas, fue lo que más atrajo a los “cacos” en ferretería y bazar. Consolas y videojuegos, accesorios informáticos y teléfonos se llevaron la palma en electrónica.
A nivel general, los tres productos más señalados por los encuestados como aquellos que sufren más hurtos fueron bebidas alcohólicas (86,7 %), cremas (84,6 %) y textil general (81,8 %). Estos artículos son fáciles de sustraer por su características físicas y atractivos para los ladrones por su elevado valor monetario y la facilidad con la que puedan ser revendidos en mercados paralelos.