Mercedes Salas
España es el primer país pesquero de la Unión Europea (UE) en empleo y capacidad de buques, así como de la exportación de conservas. Un total de 9.635 barcos componen en la actualidad la flota nacional, que en los últimos 25 años ha sufrido reestructuraciones, ya sea por el descenso de capturas, por los vaivenes de los acuerdos o desacuerdos internacionales o por problemas de rentabilidad agravados por crisis y alzas del gasóleo.
Pero si antes en los foros internacionales se miraba con mucha suspicacia a lo que incluso se llamaba “la armada española”, actualmente puede decirse que España es un ejemplo de país donde más vigilancia e inspecciones hay en el mar, por razones como la necesidad de conservar el medio ambiente y combatir la ilegalidad.
Actualmente puede decirse que España es un ejemplo de país donde más vigilancia e inspecciones hay en el mar
Los conflictos de este sector han transcendido al plano político y elevado tensiones diplomáticas hasta muy altos niveles. Así ocurrió con la “guerra del fletán” con Canadá (1995), las guerras del bonito y la anchoa con los pescadores de Francia (1994) o los problemas con Gibraltar.

Pesquero (i) acosado por una lancha de la Policía de Gibraltar (c), y una lancha de la Guardia Civil que acude en su ayuda. Foto:EFE ARCHIVO/ A.Carrasco Ragel
Sin duda, destaca por su alcance la relación con Marruecos. El acuerdo pesquero con la Unión Europea, que ahora se aplica con normalidad, ha sobrevivido a estos 25 años, aunque con ajustes y con interrupciones, de 1999 a 2007, y de 2011 a 2014, que hicieron mella económica, política y mediática.
Los datos
Los barcos españoles están presentes en caladeros de todo el mundo. El mapa de acuerdos pesqueros entre la Unión Europea (UE) y otros países ha variado durante todos estos años, y su renovación ha sido controvertida. España figura entre los primeros productores de mejillones y rodaballo, en acuicultura; merluza, atún y bonito son las especies de mayor valor comercial para el sector nacional.
La pesca conmocionó a España cuando los piratas somalíes secuestraron a atuneros en aguas del océano Índico; el rapto del navío vasco “Alakrana” en 2009 mantuvo en vilo al país durante 47 días.
La flota también ha protagonizado movilizaciones, como las de protesta por los precios del gasóleo (2000 y 2005). Y al hablar de información pesquera es inevitable hablar de su cara triste: las vidas de cada tripulante, marinero o percebeira que se perdieron en el mar.
En tierra firme, pescadores y cofradías miran a Bruselas. Lo hicieron en el pasado, como cuando en 1986 afrontaron las restricciones impuestas a España; y ahora cada año por las negociaciones de los ministros comunitarios en diciembre para acordar los Totales Admisibles de Capturas y las cuotas que determinan la actividad para los buques del Atlántico.

Puerto de Bermeo (Vizcaya) EFE/Alfredo Aldai.a.a
La UE ha aprobado en este tiempo reformas de su Política Pesquera Comunitaria (PPC), como la de 2002 o la de 2013, que se está empezando a aplicar actualmente. El objetivo de la nueva ley es una actividad más responsable con la protección del mar y que reduzca el desperdicio de pescado. En la última década, España ha pasado de ser el contrincante visible de las propuestas de recortes de Bruselas, durante las discusiones comunitarias, a asumir un papel protagonista en la defensa de medidas mundiales contra los buques que operan ilegalmente.
En estos años, además, ha crecido la importancia del medio ambiente en la gestión pesquera. Y los medios, como Efeagro, se han hecho eco de los enfrentamientos entre ecologistas y pescadores. No obstante, frente a la competencia de otras flotas internacionales o de actividades económicas más agresivas, en España surgen iniciativas en las que ONG y pescadores tratan de navegar juntos en defensa del mar.