Eduardo Baamonde, resalta que, en estos cinco lustros, han multiplicado por cinco su facturación, se han profesionalizado e internacionalizado, accediendo a nuevos mercados mundiales, y se han hecho más fuertes en la cadena de valor.
P. Las cooperativas han cambiado mucho en 25 años. ¿Cuáles han sido los principales progresos alcanzados?
R. Hace 25 años había 4.000 cooperativas que facturaban 1 billón de las antiguas pesetas -unos 6.000 millones de euros- y hoy rondan las 3.800, con unas ventas que se han multiplicado por cinco desde entonces, hasta superar los 25.000 millones de euros. Y eso, sin contar con las mercantiles que son propiedad de las cooperativas.
P. La internacionalización también ha sido constante…
R. En efecto, el avance ha sido muy importante. Hace 25 años exportaban en sectores muy concretos, como el hortofrutícola, pero hoy el 27 % de las exportaciones españoles las realizan las cooperativas directamente, en todos los ámbitos, con un crecimiento en los últimos años muy destacado fuera de la UE, como puede ser en China, Corea del Sur, Japón, Rusia, EEUU, México, Canadá, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), el norte de África.
Hace 25 años había 4.000 cooperativas que facturaban 1 billón de las antiguas pesetas -unos 6.000 millones de euros- y hoy rondan los 3.800
P. ¿Qué avances han experimentado estas compañías agrícolas en la optimización de sus procesos de producción o transformación?
R. Se han incorporado muy rápidamente las nuevas tecnologías. Hace 25 años apenas estaba informatizado el sector, no existía trazabilidad ni casi sistemas de apoyo a los socios.
Actualmente, las cooperativas están informatizadas, lo que permite mejorar los procesos; se garantiza la trazabilidad de todas las producciones; casi todas tienen sistemas de asesoramiento técnico para ayudar a los agricultores y ganaderos socios y, ahora, se han integrado en cooperativas de segundo grado, especializadas en comercialización y con departamentos de exportación propios. De hecho, contamos con cooperativas que lideran las ventas exteriores españolas de aceite de oliva, frutas, verduras …
P. La adaptación al mercado no tiene vuelta atrás, ¿no es así?
R. Hace años, había sistemas de intervención pública en la UE, por ejemplo en cereales, aceite de oliva o vino, lo que daba cierta tranquilidad a los operadores y estabilidad en los precios.
Posteriormente desaparecieron estos instrumentos de regulación pública y las cooperativas han tenido que introducir todos esos cambios que he citado anteriormente para liderar la comercialización de los productos y evitar con ello excedentes. Especialmente, han tenido que abrirse a los mercados internacionales.
P. ¿La certificación de la calidad es otro de los grandes logros?
R. Por supuesto. En estos 25 años, las cooperativas, sobre todo las de segundo grado, se han tenido que aproximar más a la gran distribución y ésta reclama calidad, trazabilidad, estabilidad en los abastecimientos y un control riguroso de los procesos, incorporando certificaciones que van incluso más allá de las normas europeas -las más exigentes del mundo- como IFS, BRC o Global GAP.
En resumen, podría decir que en estos 25 años las cooperativas agroalimentarias han crecido, se han internacionalizado y han avanzado en la cadena. Todavía queda camino por recorrer, pero se hará en mucho menos tiempo que hasta ahora.
En estos 25 años las cooperativas agroalimentarias han crecido, se han internacionalizado y han avanzado en la cadena
P. ¿La fusión es ahora la prioridad, especialmente entre cooperativas de más de una comunidad autónoma, aprovechando los apoyos previstos en la última ley de la integración de entidades asociativas supra-autónomicas lanzada por el Gobierno?
R. La integración es condición necesaria, pero no suficiente. Sin dimensión, difícilmente puedes tener un departamento comercial, innovar, internacionalizarte, hacer inversiones para competir o negociar en mejor situación con la gran distribución.
Como organización, desde Cooperativas Agro-alimentarias nos hemos centrado en vencer esa limitación, con la complicidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente tras la aprobación de la ley 13/2013 sobre integración, que es una necesidad. Algunas cooperativas han aprovechado para solicitar la calificación como Entidad Asociativa Prioritaria (EAP), lo que requiere tener volúmenes mínimos de facturación y una integración supra-autonómica.
Cuando se califiquen las nuevas EAPs, querrá decir que hubo un movimiento de concentración de la oferta para alcanzar un volumen que les permita tener una relevancia en el mercado que antes no tenían. Y ganar con ello en rentabilidad.
Asimismo, la integración requiere personas más formadas y estar en mercados nuevos, sectores y actividades. Y, asimismo, de un replanteamiento de estrategias, porque las fusiones para seguir haciendo lo mismo no tienen sentido. Las cooperativas deben unirse para hacer cosas diferentes, operar de diferente forma.
Conviene recordar que, con la integración, seguirá creándose empleo porque las cooperativas no han dejado de hacerlo hasta ahora.
P. Tras el reconocimiento de Ovispain como nueva EAP. ¿Confía en que lleguen más fusiones de operadores de más de una región?
R. Vivo con optimismo la situación, después de los movimientos que se están produciendo en los últimos meses y que continuarán sin duda en los próximos meses. Pero quiero reiterar que la integración no es un objetivo en sí mismo, sino el medio para hacer muchas cosas más; ganar en eficiencia, fortaleza en la cadena, más valor añadido.
P. La nueva PAC permite además que las cooperativas sean actores protagonistas del cambio, en cuanto a la unión de la oferta…
R. La OCM única plantea un mayor protagonismo de las Organizaciones de Productores (OPs) -que en su inmensa mayoría deberían ser cooperativas- así como de sus asociaciones y las interprofesionales para la concentración de la oferta, pero Bruselas “no remata la jugada” porque no nos da la seguridad de que finalmente podamos actuar sin vernos sometidos en un momento determinado a la aplicación del derecho de la Competencia.
La integración no es un objetivo en sí mismo, sino el medio para hacer muchas cosas más; ganar en eficiencia, fortaleza en la cadena, más valor añadido
Le hemos pedido al comisario de Agricultura y Desarrollo Rural, Phil Hogan, que si la UE nos ha dejado, prácticamente, sin mecanismos de regulación de mercados, entonces tenemos que tener seguridad de que las interprofesionales y OPs, por ejemplo, cuando decidan organizar la oferta, no estén sometidos a la aplicación del derecho de competencia o nos encontraremos en una situación de inseguridad jurídica, lo que nos haría tremendamente vulnerables.
En vino y aceite, por ejemplo, se podrían hacer grandes cosas (para la regulación de ambos sectores) pero queremos hacerlo sin que se apliquen las restricciones de Competencia actuales.
P. ¿Cómo ve a las cooperativas del futuro, cuando transcurran otros 25 años en España?
R. Próximamente veremos cooperativas españolas que serán multinacionales que operarán en los cinco continentes, que tendrán socios -y ya no sólo en más de una comunidad autónoma, sino también de distintos países-, y que moverán volúmenes de facturación de miles de millones pero que no perderán, en cambio, la esencia y la misión que las hizo constituirse, en algunos casos hace más de un siglo.