Las obligaciones para la flota española al descargar en los puertos aumentan desde este 1 de enero, porque se amplia la norma de la Unión Europea (UE) que prohíbe los descartes (capturas no deseadas de peces que caen en las redes y después se arrojan muertos o moribundos al mar).

La regulación es uno de los puntos centrales de la Política Pesquera Comunitaria (PPC), que empezó a entrar en vigor en 2015 y que consiste en obligar a que el buque desembarque todas sus capturas en el puerto, para controlar que no las tira.

La norma sobre los descartes, uno de los puntos centrales de la Política Pesquera Comunitaria

Desde el 1 de enero, se impone a la pesca de rape con el arte de rasco en el Cantábrico y noroeste; en el Mediterráneo, para merluza y salmonete de ciertos buques que tengan unos umbrales determinados de captura, basándose en datos de campañas anteriores, según han informado a Efeagro fuentes del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

Las exigencias implican que la tripulación debe subir al barco todas las capturas, anotar las cantidades en el diario de a bordo y llevarlo a tierra.

Las infracciones sobre los descartes no se modifican

Desde la Secretaría General de Pesca del Ministerio han explicado que las infracciones sobre los descartes no se modifican y que también se aprueba una flexibilidad "de minimis" para la extracción de merluza y salmonete en el Mediterráneo; los buques afectados por las normas figuran en un listado.

Las reglas contra los descartes entraron en vigor en 2015 para especies pelágicas (caballa, jurel, anchoa o sardina), en 2016 se aplicaron a merluza y cigala en el Atlántico, y el objetivo es extenderlas a todos los caladeros en 2019.

El Gobierno español ya ha alertado de un problema importante, cuando las obligaciones se impongan a las "especies de estrangulamiento".

En el sector se conocen con ese concepto las especies para las que un barco no tiene apenas cuota, pero que caen en sus redes junto con las capturas del pescado principal al que el buque se dedica.

Por ejemplo, para la flota española interesada en la merluza el bacalao sería la "especie de estrangulamiento"; para otros países noroccidentales ocurre al revés, ya que sus barcos son bacaladeros y tienen poco contingente merlucero.

España ha expuesto que sus temores ante la posibilidad de que un buque "agote" la especie para la que tenga poco cupo y tenga que volver a puerto a principio de temporada, aunque le reste mucho cupo de la especie principal.

Esto significaría que ciertas flotas "se queden amarradas muchos meses" y pierdan ingresos, según ha declarado a Efeagro el general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat.

Ha explicado que el problema afecta a todos los países costeros de la UE, los cuales "han dado la alarma en Bruselas", y ha pedido "flexibilidad", ante una normativa cuyas complicaciones criticó el sector español desde el principio.

El secretario general de la Federación Nacional de Cofradías Pesqueras (FNCP), José Manuel González Gil de Bernabé, ha señalado a Efeagro que las reglas contra los descartes han acarreado un incremento de trabajo a los buques y dificultades en puerto.

Las cofradías han criticado que no haya destino para las capturas fuera de cuota o que no lleguen a las tallas mínimas, ya que la UE impide que se destinen a consumo humano, pero sí pueden emplearse en piensos o cosmética; la FNCP ha mostrado su temor ante la posibilidad de que surjan circuitos ilegales de venta de juveniles.